Piden miles libertad para secuestrados

Libertad! ¡Libertad! Ese fue el grito que durante más de tres horas unió a miles de colombianos que en, por lo menos, 51 ciudades del país salieron a las calles para exigir la liberación de todos los secuestrados y a la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), la entrega de los cadáveres de los once ex diputados del departamento del Valle muertos en cautiverio.
Según los insurgentes, los ex diputados murieron el 18 de junio en medio de un enfrentamiento con un grupo armado (al que no identificaron) que intentó liberarlos. También señalaron que Sigifredo López, fue el único sobreviviente del grupo de doce secuestrados el 11 de abril de 2002. La Asamblea Departamental del Valle, en Cali -sitio donde fueron plagiados los políticos- fue el lugar de encuentro para dar inicio a la marcha que paralizó el centro de la ciudad y concluyó en la iglesia de La Ermita. Antes de comenzar la misa en memoria a los doce ex diputados, se presentó el único incidente que opacó las marchas en todo el país. Carolina Charry, hija de Carlos Charry, uno de los políticos muertos, tomó un micrófono y responsabilizó al presidente Álvaro Uribe de lo sucedido con su padre.
Según ella, su intransigencia para lograr un acuerdo humanitario con la guerrilla que permitiera la liberación de los llamados canjeables terminó con la muerte de los rehenes. De inmediato, cientos de voces comenzaron a gritar ¡Uribe! ¡Uribe!, en respaldo al mandatario y culparon a la guerrilla de las muertes. Antes de finalizar la marcha, el gobernador del Valle, Angelino Garzón, recordó a la guerrilla que un acto humanitario como es la entrega de los cadáveres no debe estar condicionado a ninguna contraprestación y que el mismo está dispuesto a ir a recibirlos en el lugar en el que las FARC lo determinen.
En Bogotá, las carreras 7 y 26, consideradas los ejes viales de la capital colombiana, se paralizaron con una cadena humana. En la mañana, las familias de varios secuestrados (entre ellos Yolanda Pulecio, la madre de la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt) se reunieron en el Jardín Botánico con el alcalde de la ciudad, Luis Eduardo Garzón, de ahí salieron en autobuses para unirse a la marcha en diferentes sitios de la ciudad. En la plaza de Bolívar se les unió el presidente Álvaro Uribe, quien con todos los obispos miembros de la Conferencia Episcopal, agitó un pañuelo blanco para pedir la paz del país y la libertad de los plagiados.
Una voz que pocos oyeron fue la de Marleny Orjuela, vocera de Asfamipaz, la organización que aglutina a los familiares de los militares y policías secuestrados por las FARC. Ella, no solo respaldó el pedido de libertad para los secuestrados y la entrega de los cuerpos de los once ex diputados del Valle, sino que recordó que hace 18 meses la guerrilla reportó que el capitán de la Policía Julián Ernesto Guevara, murió en cautiverio y hasta el momento no han entregado su cadáver.
En Medellín, departamento de Antioquia, la concentración paralizó el centro de la ciudad y las calles que conducen a la Gobernación y la Alcaldía. El cantante Juanes encabezó la manifestación y afirmó que se unió a la marcha porque uno de sus primos fue secuestrado y asesinado por las FARC. Con el cantante marchó el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, quien hace cuatro años vivió el mismo drama de las familias de los ex diputados.
Su hermano Gilberto, quien también era gobernador, fue secuestrado en 2002 junto con el ex ministro de Defensa Gilberto Echeverri cuando participaban en una marcha pacífica al municipio de Caicedo. Un año después, las FARC los asesinaron a ellos y a ocho militares que tenían secuestrados, para evitar un intento de rescate por parte del Ejército. La canción “Sueño”, de Juanes, interpretada al final de la marcha en Medellín, se convirtió en el himno de la jornada.
El resto del día varias emisoras y cadenas de televisión repitieron su mensaje: “Sueño con la libertad para los que están secuestrados en las selvas. Sueño con la paz de mi país y el final de esta absurda guerra. Sueño con morir de viejo y no de olvido...”
Milenio