Las vacaciones del Papa

El papa Benedicto XVI disfruta ya de la sierra de los Dolomitas, en los Alpes nororientales italianos, donde llegó hoy para pasar un periodo de vacaciones en la localidad de Lorenzago de Cadore, que se prolongará hasta el 27 de julio.
En estos días no descarta, según dijo a su llegada, escribir alguna página de la segunda parte de su libro 'Jesús de Nazaret' y pensar en una nueva encíclica, que sería la segunda tras 'Deus caritas est' (Dios es amor).
Tras un intenso año en el que viajó (comenzando desde septiembre pasado) a Alemania, donde pronunció el discurso sobre el Islam que levantó tanta polémica; a Turquía, donde tendió la mano a los musulmanes; y en mayo pasado a Brasil en su primera visita a América, Benedicto XVI respira ya el aire de montaña, que le hace 'sentirse bien'.
'El aire de montaña me hará bien y podré dedicarme más libremente a la reflexión y la plegaria', dijo el Papa durante el ángelus de este domingo cuando anunció que dejaba por unos días el Vaticano.
Hoy, a su llegada, exclamó con alegría: 'finalmente en la montaña, lejos de la ciudad y todas las cosas que suceden diariamente, ahora podré estudiar, meditar, reposar y rezar'
Al Papa las montañas le evocan 'la subida del espíritu hacia lo alto, la elevación hacia la medida alta de nuestra humanidad, que desgraciadamente la vida cotidiana tiende a disminuir', según precisó.
El Pontífice se trasladó desde Roma en un avión 'Falcon 900' de la Presidencia de la República Italiana, que aterrizó en el aeropuerto de Istrana, en la provincia norteña de Treviso, donde fue saludado por el Gobernador de la región del Veneto, Giancarlo Galán, y acogido por varios miles de personas.
Desde allí en un helicóptero se trasladó al pueblecito de Lorenzago de Cadore, donde reposará en el mismo lugar donde también lo hizo su antecesor, Juan Pablo II, en las seis ocasiones que eligió los Dolomitas para el descanso veraniego.
El pueblo le acogió con numerosas bandera amarillas y blancas, los colores del Vaticano y dos fotos de tamaño gigante, una suya y otra de Juan Pablo II en la que está escrito: 'Lorenzago do Cadore, lugar de veraneo de los papas'.
El Papa viaja con un reducido séquito, que se alojará en la misma casa que la diócesis de Treviso ha puesto a su disposición y que ha sido restaurada y en la que han instalado un piano, ya que saben que al Pontífice le gusta tocar ese instrumento y es un amante de la música clásica.

Numeros policías, de forma discreta, vigilan la seguridad del Papa.
Al contrario que Juan Pablo II al que le gustaba realizar largas caminatas por las montañas, Benedicto XVI, que cumplió 80 años en abril pasado, prefiere los paseos cortos y gozar de las montañas desde el lugar donde se aloja.
Durante ese tiempo de descanso, el Papa sólo mantendrá dos encuentros públicos con los fieles, el domingo 15 de julio, cuando recitará a mediodía el Angelus en el Castillo di Mirabello, y el día 22, cuando lo recitará en la plaza del pueblo.
En esos días las audiencias generales de los miércoles quedarán suspendidas.
El 27 de julio, Benedicto XVI regresará a Roma y se trasladará a la residencia de los papas de Castel Gandolfo, en el sur de la capital, donde transcurrirá el resto del verano. El 1 de agosto volverá a celebrar la audiencia pública de los miércoles.
El Papa Ratzinger interrumpirá las vacaciones el 1 y 2 de septiembre, cuando viajará al santuario mariano de Loreto, en el este de Italia, para reunirse con los jóvenes, y del 7 al 9 del mismo mes, cuando se trasladará a Austria, en su único viaje por Europa en lo que va de 2007.
En Austria visitará Viena y el santuario de Mariazell, considerado el principal centros mariano del catolicismo centro europeo.
Tras su regreso al Vaticano, a finales de septiembre, se espera, según fuentes vaticanas, que convoque un consistorio para el nombramiento de nuevos cardenales que puede celebrarse en noviembre.
También se esperan nuevos nombramientos en la Curia Romana.
Benedicto XVI ha veraneado desde que fue elegido Pontífice en abril de 2005 en la región alpina italiana del Valle de Aosta, en la localidad de Les Combes, donde también solía acudir su antecesor.
Cuando era cardenal solía pasar unos días de vacaciones de verano en la región alpina italiana del Alto Adige (subtirol, de lengua alemana), en la zona conocida como Val Pusteria.