martes, 15 de enero de 2008

Obama gana puntos en Carolina del Sur

Hasta antes de su arrolladora victoria en Iowa, no ser lo “suficientemente negro” había lastrado las posibilidades de Barack Obama en la lucha por la nominación del Partido Demócrata.
Hoy, tras una intensa campaña dirigida por su esposa Michelle, pocos dudan de la “negritud” de Barack Obama en Carolina del Sur, donde más de 67% de la población es afroamericana y donde, por primera vez y según las últimas encuestas, se ha colocado por delante de las preferencias frente a su más inmediata contendiente, Hillary Clinton.
A pesar de que el factor racial se había mantenido fuera del debate, la cada vez más reñida batalla por la nominación entre Clinton y Obama ha sacado a relucir las ancestrales tensiones raciales que se creían superadas y que hoy se dibujan en el horizonte de las preferencias electorales en Carolina del Sur, donde la ventaja de Obama frente a Clinton es de un abrumador 66% contra 16% entre la población afroamericana. Por el contrario, entre los electores blancos, el apoyo para Clinton es de 41% frente a 27% de Barack Obama.
A pesar de que Hillary Clinton sigue encabezando las encuestas a nivel nacional con 38%, el empuje de Obama entre la comunidad afroamericana le ha dado hasta 34%. Para una larga lista de analistas y estrategas de campaña, las razones de esta súbita popularidad de Obama no sólo está relacionada con la intensa campaña de su mujer Michelle, sino a los errores de bulto que ha cometido Hillary frente al electorado afroamericano. El más reciente de ellos se produjo cuando aseguró, durante un encuentro con la prensa, que la equidad racial en Estados Unidos se logró gracias a que el presidente Lyndon B. Johnson firmó la ley de derechos civiles en 1964.
El comentario de Hillary fue considerado como una bofetada por la comunidad afroestadounidense, que venera a Martin Luther King como el mártir de la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos.
El incidente marcó el inicio de una intensa avalancha de reacciones, principalmente a través de la radio en Carolina del Sur: “Hillary insultó la obra y la memoria de Martin Luther King y sospecho que eso le va a costar mucho”, aseguró el congresista James Clyburn, uno de los pesos pesados del Partido Demócrata en Carolina del Sur.
En una apurada campaña de control de daños, Hillary compareció ayer en un acto organizado por el sindicato de empleados públicos en Nueva York para conmemorar el nacimiento de Martin Luther King. El evento, tardío y desangelado, no logró evitar el espectacular descenso de Hillary en los sondeos de Carolina del Sur, donde se barrunta su derrota a manos de Obama, un político que ha procurado mantenerse por encima de las barreras raciales pero que, irónicamente, podría alzarse en Carolina del Sur con una victoria de tinte racial.
Mientras tanto, a sólo unas horas de la batalla por las primarias del Partido Republicano en Michigan, el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, intentaba escaparse del pelotón de los favoritos para hacerse con una victoria que podría significar la continuidad o el principio del fin en su lucha por la nominación del Partido Republicano.
El marcaje, sin embargo, del senador por Arizona, John McCain, quien figura a la cabeza de las encuestas nacionales y se encuentra a sólo un punto de diferencia en las preferencias en Michigan, le complica la tarea.
En las últimas horas, McCain apretaba el paso para repetir la victoria que consiguió en el año 2000, cuando derrotó a su principal contendiente, George W. Bush, en 70 de los 83 distritos en disputa. Ayer, McCain enfocó sus baterías en los desempleados, y prometió que, de llegar a la Presidencia, “no los abandonaré”.
Agencias

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