lunes, 17 de diciembre de 2007

Suntuosa Navidad en la Casa Blanc

En casi todo el mundo se celebran la Navidad y el año nuevo, pero en pocos sitios los festejos envuelven una manifestación escénica y un desfile de dinero similar a lo que ocurre en Estados Unidos. Basta asomarse a las cifras que en la Casa Blanca titilan estos días con más luminosidad que los 33 árboles de Navidad instalados en la residencia presidencial.
El presidente George W. Bush y su esposa Laura enviarán cerca de un millón de tarjetas navideñas a sus familiares y amigos en distintas partes del planeta y unos 70 mil invitados contemplarán el arbolito de Navidad de la Casa Blanca: un abeto de 19 años y seis metros de altura traído de Carolina del Norte para convertirse en el huésped principal del Salón Azul, una tradición que se ha mantenido a lo largo de cuatro décadas.
Otros 32 arbolitos, guirnaldas y adornos de dimensiones más modestas iluminan otras habitaciones, pasillos y salones de la mansión construida en 1800 en la avenida Pensilvania de la capital de Estados Unidos. Pero el pino gigante que se alza en el Salón Azul es la estrella principal del show navideño: fue cubierto con cerca de 400 ornamentos elaborados a mano por artistas de todos los estados de la Unión Americana.
Cada año la llegada de la Navidad es celebrada por los habitantes de la Casa Blanca con un tema particular. En 2007 la celebración está dedicada a los parques nacionales de Estados Unidos, así que distintos escenarios vinculados con ese motivo ocupan la residencia.
En The Cross Hall, ese vestíbulo de pisos de mármol revestido con una alfombra roja y repleto de columnas donde habitaron dos osos grizly en el gobierno del presidente Jefferson, el mismo sitio donde John Travolta bailó con la princesa Diana en noviembre de 1985, ocho árboles de Navidad cubiertos de nieve artificial son iluminados con luces color oro, pájaros dorados y mariposas, y en The Grand Foyer, otro salón, se levanta una estatua de la Libertad de tres metros de altura y penden de las paredes varias pinturas del artista Adrián Martínez, que representan paisajes del Parque Nacional del Gran Cañón y las caídas de agua en el parque Zion de Utah.
En el comedor principal han trabajado cerca de 80 voluntarios que entre otras cosas se encargaron de colocar y decorar manteles y puertas con hojas de oro y construir una Casa Blanca en miniatura, elaborada con galleta de jenjibre, cuya creación requirió de casi tres meses de trabajo.
Los visitantes podrán comer algunas de las 20 mil galletas elaboradas para esta temporada y los invitados a las cenas que ofrecerán George W. Bush y su esposa Laura degustarán varios platillos a base de pescado, cordero y pavo preparados con un abasto previsto hace meses: 270 kilos de espárragos, 450 de camarones, 300 de cangrejo, 10 mil tamales hechos a mano y mil 500 litros de egnog, el ponche de huevo que se bebe para desear buena fortuna.
Así transcurrirá la última celebración navideña de los Bush en la Casa Blanca.
EL UNIVERSAL

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